Viajando en mi carro un día de esos en los que cantas todas las canciones que salen en la radio, claro yo siempre ando con mi Ipod conectado para no oír ningún anuncio de esos estúpidos que pasan por las estaciones, sale una canción que me recordó muchas cosas y me puso a pensar en otras. Entre las cosas que pensé es que siempre he sido un tonto, un idiota en el amor y aclaro la canción no fue Un Montón de Estrellas. Y analizando me di cuenta que es verdad, siempre he sido un tonto, un iluso un fiel creyente del amor. Pero que me ha traído eso… nada. Así que escribo esto porque en estos momentos he decidido por fin dar por terminada mi búsqueda de esa chica que me quiera. Pues ya la flor que llevaba en el bolsillo para regalarle se ha marchitado y no vale la pena entregar ni un pétalo de ella.
Y es que durante todo este tiempo me dediqué a amar y me he cansado de hacer eso. Durante todo este tiempo quise encontrar con quien compartir mis alegrías y tristezas y realmente me he dado cuenta que no existe tal persona. Sí, me he rendido y muchos podrán argumentar que no me dé por vencido, que debe haber una allá afuera, que soy un tonto porque solo me he enamorado de chicas que no se fijan en mi. Que se yo que otras cosas podrán argumentar para tratar de quitarme la idea que tengo en la mente. Pero nada de eso les va a funcionar, me he cansado yo de ser siempre quien sufra por amor. Me he cansado de ser yo quien tenga que llorar por un amor que no se dio. Y aunque en el fondo de mi corazón me duela tengo que dejar la duela a un lado. Y quizás va en contra de mi naturaleza, pues considero que tengo lo de mis abuelos y mi tío en la sangre… soy enamorado. Me gustan las chicas y no puedo evitar querer y desear estar con alguna chica que me llame la atención, es parte de quien soy. Pero me resignaré a no tener nada serio y ser simplemente lo que todas dicen que soy “un buen amigo”. Un buen amigo que en muchos casos desearía ser un abrigo pero que se ha cansado de ser simplemente el escudero y no ser el caballero de la brillante armadura.
Y ni modo, es mi decisión final y si alguna, en algún momento sintiera algo por mí pues que lo diga. Pues de mi boca, de mi corazón ya no saldrá sentimiento alguno más allá de en mi poesía. Si en algún momento deciden que puedo ser su príncipe, tendrán que decírmelo porque de mi no va a salir nada. Seré nuevamente una roca, un buen amigo en quien sostenerse pero nunca un chico que flaqueará por amor de nadie. No volveré a enamorarme, pues ya lo hice de una manera en que me perdí… y nunca me correspondieron. Y alzo mi copa solo para decir…. Que Jerry Rivera y Rey Sepúlveda tenían razón… cuando dijeron… NO VALE LA PENA…. ENAMORARSE!....
Mis queridos lectores… que pasen buena semana y hasta mi próximo desahogo……