martes, 17 de mayo de 2011

Por un trago, una cerveza y un adiós...

Comenzar, por dónde comenzar… muchos dirían que por el comienzo, otros dirían que a “media-res” yo… prefiero comenzar por el final. Por lo que me llevó a escribir esto...

Era uno de esos días lluviosos en los que en realidad no hay mucho que hacer y mucho por pensar, estaba terminando mi semestre universitario, y entre cosas y cosas que ocurrían una de ellas fue el tener que resignarme a perder nuevamente. No perder en cuestiones de vida, si no perder en cuestiones de amor. Y sí, pensarán, aquí otro frustrado más otra persona que no tiene idea de que rayos hacer con su vida. Y realmente no los culparía, pues es verdad que hay muchos que les pasa igual que a mí. Siendo francos, eso fue precisamente lo que me llevó a escribir esto, verán, volviendo a lo del día lluvioso sin nada que hacer, estaba yo leyendo una columna en el periódico, una de esas tantas columnas que escriben para que uno le de gracia las situaciones de otros pero que en realidad uno termina identificándose con la pobre persona en cuestión y termina viendo la columna como una que puede sucederles, cuando hablando con una amiga en Facebook se me ocurrió la idea de escribir lo que me ha pasado a mí y lo que me han contado.

Al principio veía esto como una cosa estúpida que no debía hacer pues hablando claro aunque me gusta escribir no soy persona de escribir para que otros sepan lo que quiero decir. Pero conociendo lo mucho que a mí me gusta escribir esa amiga me propuso la idea de iniciar un blog, bajo el pretexto de que si lo hacía podría tener éxito pues mis historias son jocosas y a la vez mucha gente se puede identificar. A parte, me dijo, que me serviría de desahogo para todo. Así que decidí embarcarme en esto.

Se preguntarán el porqué del título “Un trago, una cerveza y adiós…”, pues la razón es sencilla por un trago la conocí, por una cerveza me enamoré y como siempre vino el adiós. El trago, fue un trago que un amigo me enseñó que a ella le estuvo curioso, la cerveza que nos dimos juntos, diré que nunca probé una cerveza que me supiera tan dulce y me durara tanto como aquella; y naturalmente el adiós… pues es un adiós… con sabor a “hasta luego”.

La chica, no vale la pena decir su nombre pues no lo veo relevante a la historia, la veía perfecta, todo lo que jamás soñé… el momento, increíblemente justo… y el adiós no pudo ser más inoportuno. Aún no cierro la puerta, no pierdo esperanza de en algún momento darme cuenta que no era un adiós y que todo podrá ser como un sueño de nuevo, como aquel momento en que nos bebimos la cerveza, sentados uno al lado del otro. Pero por ahora admito que  nuevamente he perdido, me siento como dice mi nombre HITCH… ya que soy una especie de Cupido entre mis amigos, pero nada me sale bien a mí.

Así esta chica despertó en mí nuevamente ganas de escribir y de vivir. Pero como todas solo bastó un trago para conocerla, una cerveza para amarla y un adiós para intentar olvidarla. Ahora a buscar un nuevo trago para ver si logro romper el ciclo….

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