Nací en una
época donde ser como soy es sinónimo de ser un buen amigo. Dios al parecer
decidió hacerme una mala jugada y me hizo bajito, en familia modesta (cariñosa
y todo, quizás la mejor familia del mundo.... pero no puede competir en términos económicos, pues en el resto le llevan de ventaja la clásica milla, contra esas que le regalan a sus hijos Scion FR-S
a la semana de salir o que dejan que sus hijos vayan a la universidad en BMW) y
para rematar me hizo ultra-romántico. Digo esto porque la realidad del asunto
es que por más que las mujeres repitan, se den en el pecho, se tiren desde
cuartos pisos, se muerdan y se arranquen los pelos… al preguntarse ¿Dónde hay
hombres diferentes? O la peor llegar a decir “Que todos los hombres son iguales”…
cuando aparece ese diferente, ese desastre, como menciona Tony Croatto en su
canción “Mujer de 26 años” al final terminan con los mismos pendejos de
siempre.
Hasta hay
canciones de reggaetón que tratan de ese tema.
Es hasta posible que esto lo
hagan como una especie de prueba satánica en la que dicen una cosa y en realidad
quieren otra, pero no sé. Creo que necesito un gurú que me explique y me saque
de este abismo. Para hacer la historia y comprendan por qué deseo ser un oso
Panda (aquellos que me siguen en twitter y me conocen ya deben estar hastiados
de eso). La razón es sencilla, todo comenzó con un trago (para variar). Un
trago que me di con una amiga uno de esos días en los que te dicen: “baja para
que me acompañes”. Y esta chica aparece de la nada y se sienta a nuestro lado (“SUCCESS”).
Al fin y al cabo, la chica termina hablando con la amiga mía, que es una “aprontá”
y para completar anda en los caminos del bi-sexualismo (con mayores tendencias
al lesbianismo). La chica me dejó pegado a su mirada y a la inteligencia que
mostraba al hablar, so que decidí darle un “add” en esa maravillosa red llamada
Facebook.
No la vi
por varias semanas y hasta me olvidé del “add” que le había dado en la red. Fue
entonces cuando un 12 de febrero lo chequeo y me percato que me ha añadido la
chica. Por segundos sentí que el corazón bombeaba y que por fin algo podía
pasarle bueno a este corazón idiota. En fin, mi celebración duró hasta el 14,
mientras hablábamos, ese día me confabulé con varios profesores para llevar una
idea loca y propia de mis ideales románticos a su pleno cumplimiento. La chica
recibió una tarjeta, no firmada con mi nombre si no con mi seudónimo. Me
escribe preguntando si fui yo y supe por buenas fuentes (la profesora que le
entregó la carta) que ella quedó encantada (Por fin mi ultra-romanticismo y ultra-sentimentalismo
daban frutos). Esa noche me arriesgué a hacer algo que nunca había hecho, ya
que mi hermana pensaba celebrar su cumpleaños y la chica iba a estar por “celebrar”
el 14 de febrero, pues decidí pagarle todo lo que consumiera (es un gran salto
considerando que por lo general yo ni eso me atrevo a hacer). Pero en fin, la
cosa es que solo cruzamos miradas, porque esa amiga “aprontá” decidió que
ayudarme a mí con la chica era muy complicado y que mejor se la quedaba para
ella.
En fin, el
15 y el 16 fueron días emocionalmente críticos, en los que comencé desear ser un oso Panda, para solo
preocuparme por comer bambú, rascarme la panza y dormir. Olvidarme por completo
de que mi corazón es un idiota y se enamora de la primera chica que muestre
algún interés o se muestre interesante. Pero como sé que es posible que eso
solo ocurra cuando reencarne, pues por el momento decido seguir los pasos del
profesor Mucher y creo que odiaré al género perverso y ambivalente ese llamado “femenino”.
O quizás no, porque eso sería demasiado para mí, sería más difícil que saber
que cerraste Facebook y querer chatear. Pero si creo que me cerraré una vez
más. Haré como los salseros de la mata del Gran Combo y diré “YO NO MENDIGO AMOR….”
Seguiré siendo el
mismo tonto que siempre he sido, el mismo idiota y ese muchacho que es capaz de
hacer llegar un verso en una tarjeta a alguien o escribir uno en una silla para
esos efectos. Aunque Dios se haya burlado de mí en hacerme como me hizo su
razón tendrá… quien sabe, quizás me espera la mujer de mis sueños en la
pantalla grande…. (Emma Watson, sabes que te estoy observando a ti)…. Bueno
hasta la próxima decepción amorosa o el próximo desahogo (quizás la semana
próxima).
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