sábado, 24 de agosto de 2013

Auto-descrição

Disculpen mi abandono reciente, las lecutras me han sumergido en un mundo de teorías, ideas y nuevas posibilidades que no esperaba en las primeras dos semanas luego de haber iniciado estudios graduados. Pero hay una clase que tomo por simplemente necesitar un lenguaje y este encantarme. En estos días mi profesor de portugués nos pidió que hiciéramos una auto descripción de nosotros... Partiendo de los poemas de Pablo Neruda "Autorretrato" y Fernando Pessoa "Autopsicografía", se me ocurrió hacerlo de esta manera. Espero sea de su agrado.


Auto-descrição

De minha parte, eu acho que sou um personagem
Minha pele amarela, mountanha queimada
Com o cabelo preto e os olhos verdes em um maçãs do rosto regulares
O rosto arredondado e nariz africanizadas
De estatura mediana e pouco músculo
Corpo magro e gordura coração
Romântica incurável e louco sem motivo
Amante de boas cervejas e longas conversas
Mal falado por acreditar no dicionário
Melancólico e solitário pela divina
Bom amigo, ou então dizer quem me conhece
Atento para ouvir, tardio para se irar e rico em dicas
Coletor de olhos, eu capturo em mais que mil palabras
Fanático do Borges, Cortazar, Neruda, Becquer e Garcia Marquez
Estudante do vida e amante de paisagens
Poeta por injúria, escritor para convicção e enganar do amor.


(Traducción para el beneficio de quienes no conocen el idioma portugués y no quieren ir a un traductor para saber que dice)

Auto descripción


De mi parte creo que soy un personaje
Mi tez amarilla, tostada por el sol de la montaña
Con pelo negro y ojos verdes sobre unos pómulos regulares
La cara redondeada y la nariz africanizada
De mediana estatura y poca musculatura
Flaco de cuerpo y gordo de corazón
Romántico empedernido y loco sin alguna razón
Amante de buenas cervezas y conversaciones extensas
Mal hablado por creer en el diccionario
Melancólico y solitario por designio divino
Buen amigo, o eso dicen quienes conozco
Atento al escuchar, lento a la cólera y rico en consejos
Coleccionista de miradas, que plasmo en mil palabras
Fanático de Borges, Cortázar, Neruda, Bécquer y García Márquez
Estudiante de la vida y amante de paisajes
Poeta por maldición, escritor por convicción e idiota en el amor.

martes, 13 de agosto de 2013

Incapaz

*Con esto inició todo, esto fue algo que surgió de un breve taller de cuentos oficiado en la UPR de Cayey con la profesora Rubis Camacho. Este primer "cuento" me valió una mención de honor en el certamen literario del departamento de Estudios Hispánicos de dicho recinto y el reto de la profesora Maite Ramos Ortiz, y mis pares, para que continuara cultivando el lado narrativo de la literatura y por tanto el resurgir de este blog. Si no hubiese sido incapaz de hacer ese ejercicio en el salón, quizás este blog no estaría vigente hoy. Así que sin más preámbulo, el cuento que titulé "Incapaz"...*

Incapaz

“¡Puñeta!” Fue su grito de guerra, encadenado a otra exclamación casi igual de estridente que la primera “¡A este imbécil no logro armarlo!” Deshuesó la libreta despojándole de una de sus prendas y con rabia la lanzó a un lado. Era una escena repetida varias veces, buscaba la perfección y se había jurado no descansar hasta lograrla, sin importar cuantas prendas de aquella libreta lanzara al olvido. En su mente retumban aún las voces de aquellos eruditos que cuchicheaban sobre el momento en el que su mente se fue en blanco y no supo cómo escribir. Sus burlas resonaban en sus oídos como risotadas de hambrientas hienas despellejando a su presa, y huía, huía adentrándose cada vez más en su mente y perdiéndose en la oscuridad que ella ofrecía. Fue entonces cuando decidió escribir con ahínco, pero de eso van ya tres meses.

Tres meses en los que no ha conocido otra compañera que su libreta, en los que su blanca y suave espalda no ha sido rozada por mano de mujer alguna, en los que sus labios no se han humedecido en el olor a rosas que emana de los labios de Pandora. Un tiempo eterno para quien no sabe qué hacer con un encierro. Encierro que fue causado por burlas y señalamientos que cada día le recordaban lo incapaz que podía ser, y ese maldito no acababa de tomar vida. La situación le frustraba sobremanera, se sentía impotente y sin fuerzas para cumplir una simple tarea, que era darle vida a ese a quien llamaba “bastardo” por momentos, “imbécil” en ocasiones, “cabrón” cada segundo. Ese jugaba en su mente cada momento y le frustraba no poder darle vida, la impotencia se hacía cada vez más fuerte y le consumía la piel. Llevó sus manos al cabello y casi tirando de ellos volvió a exclamar “¡Puñeta!” Deshuesando la libreta nuevamente y con la rabia que comenzaba a tornarle el rostro de rojo, volvió a iniciar su diario ciclo.

lunes, 5 de agosto de 2013

Experimento #3

Me acuesto escuchando de tus rojos y suaves labios el sonido blando de un poema de Benedetti. Observando tus ojos de miel, moviendo de parte y parte para dar lectura a lo que tus labios sueltan. Tus manos siguiendo cada letra escrita por el maestro, tus piernas estiradas entre las mías. Tus cabellos sobre mi pecho, recostados y usándome como tu almohada de lectura preferida. Observo tu rostro con sus sutiles pecas sobre esos pómulos redondos que tienes que me hacen sonreír sin razón alguna. Y tu voz melodiosa pasa de un maestro a otro, de Benedetti pasas a Neruda y continúas con el mismo ímpetu y deseo de leerme cada poema que te encanta.

Bajo mis manos por tus costados, rozando tu piel desnuda junto a la mía, tus pechos, tu vientre, tu ombligo, llegando suavemente a los muslos que tienes junto a los míos. De dos personas que fuimos, luego de esta noche somos uno. Y sentados juntos sigues leyendo, con tu acento de boricua, tus pausas diferentes a las mías, pero aun queriendo demostrar que no soy el único que conoce de literatura. De Neruda pasas a Octavio Paz y con esa misma paz continúas tu lectura. Mis oídos se deleitan con el suave sonido de tu voz y mis ojos se apegan en el reflejo de tu cuerpo en el espejo de enfrente. Tu cama ha resultado el santuario más perfecto para la lectura, tu lectura. Mi cuerpo y tu cuerpo se unen en un momento exacto, raro, eterno. Rodeados de libros, de poesía, de escritos y de papeles sueltos fuimos extraños juntos y fuimos uno. Rodeados de libros, de poesía, de escritos y de papeles sueltos, leíste para mí.


Tu táctica fue perfecta, me atrajiste aquí y con tus palabras, las de ellos, te quedaste en mí. Quisiste quedarte en mi mente y lo has logrado, no con sexo, si no con palabras, con versos. Tus versos, sus versos. Tu voz, su voz, todo habla en ti. Tu reflejo y el mío mostrando la unidad de dos seres que alguna vez fueron extraños pero que la literatura unió. Eres tú, eres tú, aquella que de niña vi, aquella que de mujer quiero y que ahora a mi lado tengo. De Octavio Paz pasas a Bécquer y sus golondrinas. La luz de la luna se nos mete por la ventana y la noche nos cubre con su manto. Pronto será de mañana y veré el primer amanecer contigo, con tus pechos, con tus piernas, con tus brazos, con tus manos, con tus ojos, con tus labios. Y volamos, volamos con las golondrinas y en conjunto. Y al final de tu lectura, me miraste con esos ojos de miel y con esos labios me besaste y te dije una frase de una canción que hace mucho que no escucho… “Es que nadie como tú me sabe hacer café”.