viernes, 22 de agosto de 2014

Competencia SMWcreative

Bueno, lectores, no sé cuántos sean, pero les quiero pedir un favor. Si pudieran sacar de su tiempo y dar su voto y compartir esta imagen se los voy a agradecer en el alma.


https://www.talenthouse.com/i/452/submission/130093/2477d9a6

Es una foto que subí hace un tiempo a este mismo espacio y la razón principal por la que participo con ella en la competencia de Microsoft, es que la misma fue borrada (se le pintó encima) y representa lo efímero del arte urbano. Pero al compartirla busco que se aprecie el arte que existe en el graffiti y como es una forma de Arte que todos compartimos y podemos apreciar.

Nuevamente, gracias.

martes, 12 de agosto de 2014

Vamos a expresarnos



                Mucho se ha hablado de las expresiones vertidas por el director de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, Antonio Molina, y las expresiones vertidas por los exponentes del género urbano, reggaetón, acerca de la música que cada quien practica. Se ha creado un debate acalorado entre quienes defienden cada uno de los géneros, un dime y direte de proporciones boricuas (normalmente épicas) por las redes sociales. Entiendo que dije que solo dejaría que un video hablara por mí, pero, como estudiante de maestría y defensor del arte en cualquiera de sus formas (actualmente trabajo con el arte urbano), no puedo dejar que este debate se siga acalorando sin tomar parte en el asunto.
            Debo comenzar por decir que no avalo las expresiones de Ramón Ayala, mejor conocido como Daddy Yankee, pues sus expresiones son vacías y poco fundadas. Pero tampoco avalo las expresiones del mentado director de la Orquesta (que parece olvidar que la orquesta que dirige en el 2008 tocó en un concierto junto a Don Omar, otro de los pilares del género que hoy critica y si no me creen darle click a un botón es suficiente: https://www.youtube.com/watch?v=UO1oAxdn6JU)
            Ahora que queda ese punto aclarado, comencemos por exponer varios puntos:
1.      Las letras del reggaetón son misóginas, machistas, sexuales, explícitas y violentas
2.      El baile del reggaetón es sexual, misógino, machista y denigrante
3.      El reggaetón ES MUSICA
4.      La música clásica ES ELITISTA y EXCLUYENTE (a juzgar por las expresiones que he leído)
5.      La música clásica ES BELLA
6.      La música clásica, FUE EL REGGAETON DE SU EPOCA (con esto quiero decir que las mismas críticas que hoy le hacen a los exponentes del reggaetón y otros tipos de música urbana, es la misma que recibieron Mozart, Bach y Beethoven, entre otros. Pues estos representaban una “Contra-Cultura” cuando el Canon musical del momento iba en otra dirección)
Aclarados esos puntos, comencemos mi “exposición”. El reggaetón es un género musical que ha sido criticado desde sus inicios. Era un género underground que los jóvenes escuchaban casi siempre a escondidas de sus padres, pues el mismo era un género, como he descrito más arriba, violento, misógino, machista y degradante (para la mujer). Pero si nos detenemos por solo un segundo nos daremos cuenta que la SALSA también tiene estas cualidades (y yo no veo a nadie diciendo que las letras de la salsa son veneno y cáncer para la sociedad). De hecho, el baile de la salsa es uno muy sensual y a juzgar por las letras de Frankie Ruiz, también bastante sexual (“Bailando…. Hicimos el amor”). También tendía a ser bastante machista, misógino y violento. Aunque, como sucede con el reggaetón, no se daba en todas las canciones.
Entonces, ¿por qué arremeter solo contra el reggaetón? ¿Por la fama que ha alcanzado el género? O quizás hay una razón más intrínseca y poderosa… ¿prejuicios? Digo esto pues muchos de los exponentes del género antes mencionado, no tienen, evidentemente, el nivel educativo que tenemos muchos otros. Muchos vienen de familias con un nivel económico inferior a muchos de nosotros. Y debido a esto, muy probablemente, no tuvieron el acceso que personas como yo, tuvieron a la música clásica y a una educación musical (básica, pero la tuve). Muchos vienen de familias hechas trizas y encontraron que podían rimar y “cantar” para vivir y salir de las calles. Cosa que le aplaudo, pues decidieron ser exponentes de un género musical creciente, antes de ser gatilleros que podían estar en la calle matando gente en la Baldorioty.
Y si, considero que el reggaetón es música. Bueno, si consideramos que el “Dubstep” es música… el reggaetón TIENE que ser música. Aparte, en el video que antes mencioné, se demuestra que en efecto, el reggaetón PUEDE tocarse con una orquesta sinfónica, por lo que no veo un “issue” en si es música o no. Que sus letras son fuertes, si, pero también eran fuertes las letras de la salsa cuando tocaban temas de índole social u otras cosas. Si, en la salsa lo mezclaban con humor y cadencia, pero estaban ahí. En cuanto a si las letras son o no poéticas, ya he respondido eso en otros escritos y la respuesta es simple… SI, si es poesía. Y antes de que lo olvide, Calle 13 comenzó en el reggaetón y luego siguió el curso natural de su música.
Ahora, lo que hoy llamamos “música clásica” experimentó la misma crítica en su momento. Muchos pensaban que era muy ruidosa. Por lo que realmente no entiendo como estudiosos de la música, pasan este detalle por alto y en su elitismo marcado, critican un género naciente, que por las circunstancias de la vida, es más accesible que otros tipos de música, para el puertorriqueño de a pie. Con textos como los que he leído y expresiones como las que he escuchado, realmente lo que hacemos es crear una línea divisoria marcada y un estancamiento cultural. Si, porque la línea a seguir es la fusión de géneros, algo que Don Omar y la Sinfónica experimentaron en 2008 con gran éxito.
En fin, si seguimos creando divisiones en un país que ya tiene divisiones marcadas en diversas áreas, nos quedaremos con un país total y completamente estancado. Sin opción de movilidad, en el que hay cosas para los ricos y hay cosas para los pobres, pero nunca deben mezclarse. El verdadero cáncer (o veneno) es creer que tenemos TODA la verdad y no atrevernos a ver lo bueno que hay en las diversas cosas.
*Aclaro que entiendo que poca gente ha de leer esto, en comparación con la “Carta abierta a Daddy Yankee", pero bueno…

sábado, 22 de marzo de 2014

3 am



“Hostia, otra vez despierto a esta hora”, no le bastaba a la noche con hacerme la vida de cuadros para poder alcanzar los brazos de Morfeo. No, también debía hacerme despertar de golpe en medio del sueño. La almohada ya húmeda por la saliva que brotaba como alcantarilla destapada en alguna urbanización de San Juan, las sábanas pareciendo una extensión de la piel, que por el calor sofocante de la ciudad había decidido dejar tal y como el supremo creador la había designado, y la impropia lucecita roja parpadeante del despertador me hacían compañía en este instante maldito donde la mente corre y las ideas se esparcen por el aire. Despegué el rostro de la almohada para estudiar mi alrededor, por alguna razón sentía algo extraño en el aire, un olor distinto, no tan sutil como el de la lluvia que escuchaba chocando contra la ventana, tampoco tan fuerte como el del sudor que emanaba de mis poros. “¿Qué es ese olor? ¿Acaso es su perfume?” Cada vez se hacía más fuerte, penetrando por mis fosas nasales como tropas invasoras en el momento cumbre de la guerra.

Exploré la habitación y estaba tal y como la había dejado antes de cerrar los ojos y decidir luchar contra la noche y encontrar el sueño. Tomé la toalla y de puntas caminé hacia la sala. El olor se hacía cada vez más fuerte a medida que me acercaba a ese espacio común donde recibía las pocas visitas y donde tantas noches buenas tenían su inicio. Al acercarme pude percatarme de que mi primera intuición era la correcta, el 212 que Ella solía utilizar. “¿Cómo es posible? Ella no me visita desde aquella noche” ¿Sería posible, sería que Ella decidió darse la vuelta y no recordaba el suceso? Me parecía tan surreal que Dalí hubiese hecho una pintura genial basándose en mis pensamientos. No sería del todo descabellado, asumiendo que la noche fue de total locura por la punzada en la cabeza que hacía su aparición, fácilmente pude haberme encontrado con Ella y terminar aquí sin tener recuerdo alguno.

Seguí mi camino hacia la sala, con la feliz esperanza de encontrarme con Ella plácidamente dormida en el sofá. Seguía la tenue luz roja parpadeante a la distancia, su celular tal vez, era como mi estrella del norte, la guía hasta sus labios, labios en los que quería pasar noches enteras. Esos labios de los que ya no me quedaba más que el recuerdo de cómo los movía con sutileza tal que todo lo que de ellos emanaba era tan culto que mis oídos debían adaptarse a las rimbombantes palabras que soltaban. Continué caminando, de puntitas y despacio, no deseaba dar un mal paso y despertarla. Deseaba ver su hermoso cuerpo desnudo en total sobriedad una vez más, ese cuerpo que era el causante de varias desveladas húmedas y de mis deseos más viscerales. Movía un pie y luego el otro, marcando el rumbo que me señalaba la lucecita roja parpadeante.

Ya estaba suficientemente cerca como para sentir el olor del 212 dándome golpes en el rostro, me incliné para verla de frente para ver su rostro, realmente para verla desnuda nuevamente. Su cabello le cubría y la sábana que, al parecer, había colocado sobre Ella le protegía del frío. Me arrodillo para seguir sintiendo su olor antes de acercarme más a su piel, solo cubierta por esa fina sábana que había escogido en mi desmemoria. La lucecita seguía su parpadeo y un golpe húmedo hizo que saltara.


Eran las 3 de la mañana…. “¿Otra vez a esta hora?”

domingo, 16 de febrero de 2014

Designio




“Pero y ¿por qué no me dejas subir? ¿Por qué te burlas de mí? Ay creador, por favor, dame la oportunidad de servir de algo. No me sigas embarrando, que mientras más me embarro menos te amo. Te rezo, te rezo tanto, pero nada recibo a cambio. ¿Cómo pretendes que mantenga esta fe ciega? ¿Cómo pretendes que les crea a los predicadores que de ti me hablan? Creador, mi divinidad, ante ti me postro y te ruego. Déjame subir, déjame salir de aquí, ya no te burles de mí.” Fue el lamento más fuerte que he recibido, me conmovieron las lágrimas de mi creación. Nunca le había oído con tanto sentimiento, con tanto amor. Es la única creación que se permitió sacarme en cara que me divierto con su desventura, es quien único se ha percatado de mi juego.

Un juego que sonaba dictatorial, no tenía para lo creado opción alguna más que hacer caso de lo que dicta mi pensar. Ellos no tenían, jamás, voz para reclamar nada, ni siquiera para quejarse. Pero todo cambió con el ruego de esta creación. Aquella noche en la que se postró junto a su cama e implorando me reprochaba. Cierto, su vida había estado a merced de mis palabras, de mis letras y mis designios. Nunca había tenido la potestad sobre sus acciones y era casi como si el juego de la memoria que en mí se hacía visible, corriera libremente en su vida. Esa creación era yo, pero no era yo. Era la vida que yo creía que estaba viviendo, olvidando por completo los instantes en los que me volvía el gobernante totalitario de la vida de ellos, los instantes en los que yo era Dios.

Así, esa noche decidí responder a sus súplicas, a sus lágrimas desparramadas por el suelo, a sus ruegos perdidos en las páginas anteriores. Ya no sería más un espejo vivo de mis desventuras con la divinidad en la que suelo creer, por el contrario, ahora yo sería su Dios benevolente. Su vida cambiaría para ser lo que yo deseo para la mía. Con esto no estoy diciendo que dejaré de jugar a ser Dios y a ser un despótico rey en la vida de estas creaciones mías, por el contrario, solo digo que he de suavizar mis acciones para permitirles mayor libertad de elección. Tendrá frente a sí el camino que desea y el camino que deseo y al final habrá de escoger el que mayor placer le cause. Después de todo, quiero que continúe implorándome en sus noches, pues sus súplicas mantienen mi inmortalidad, como los ruegos de los mortales mantienen vivos a los dioses del Olimpo.


Cuando despertó, sintió un derroche de energías que no había sentido nunca antes, pero olvidó agradecerme. Su gato morirá….

domingo, 9 de febrero de 2014

A la ventana

"Gala"-Salvador Dalí

Observaba el papel con esmero tal que hasta el más inculto diría que se acercaba la mayor de las tormentas que su mente podría crear. Empuñaba el lápiz y fuertemente presionaba el carbón sobre la blancura del textil, para luego levantarlo dejando simplemente la impresión de un tenue punto. El proceso se repetía con cada minuto que pasaba, asomaba la vista por la ventana que daba hacia la casa vecina y luego al folio, así sucesivamente por las siguientes dos horas. Siempre dejando una impresión más profunda del mismo punto carbonáceo, no dejaba un trazo, no había una letra, pero si flotaban muchas ideas.

Al cabo de esas dos horas se levantó del asiento, caminó hacia la ventana y fue entonces cuando la vio. Sus negros cabellos cayendo de manera ondulante por su cuello, cual cascada que se desbarracaba por unos aliriados peñascos. Su piel arropada de estrellas, sus ojos profundamente flechados en un punto exacto del espejo en su tocador. Soltó su blusa dejándola caer descuidadamente. Estaba él absorto en la imagen, ¿cómo era posible que nunca hubiese visto tal creación? ¿Cómo alguien como él había pasado por alto tal visión? Siguió observando, como un niño travieso que espera ver el resultado de su más reciente travesura. Cuando ella se volteaba, él se ocultaba, cuando ella regresaba al tocador, él se asomaba. Así hasta que ella se hubo despojado de todas sus vestiduras.

Entonces fue que la tuvo de frente, enmarcada por su ventana, la más bella obra de arte que sus ojos habían podido crear jamás. Su piel marcada de estrellas, sus negros cabellos bajando en cascada por su cuello y sus ojos ahora fijos en la ventana contraria; sonrió y se ocultó. Por su parte él tomó el lápiz y comenzó a escribir lo que primero llegara a su mente.


La suave brisa hacía que las cortinas de su alcoba se levantaran hasta rozar su rostro. Con un movimiento abrupto levantó el rostro descubriendo el papel lleno de puntos carbonáceos frente a sí, sin más acompañantes que un lápiz quebrado y una vista cansada. Creyó escuchar el estruendo de un camión alejarse de la calle adjunta a su habitación y al levantarse para observar qué ocurría pudo ver una piel y unos cabellos extrañamente familiares, ella volteó para internalizar su entorno y al descubrirle en la ventana le dirigió una tímida sonrisa en la que él se reconoció. Desde entonces aguarda todas las tardes, cuando la suave brisa agita sus cortinas, frente a la ventana, esperando tener un vistazo de esa piel bañada de estrellas y de esa obra maestra de la que no podía borrar la impresión.