jueves, 23 de marzo de 2017

¿Sabe a oro?


Es la mañana del 23 de marzo del corriente, hace frío y hay visos de lluvia. Parece casi poético y es que podría muy bien ser una metáfora de lo que sentimos muchos puertorriqueños ante la derrota de nuestro equipo nacional de béisbol en el Clásico Mundial. Si bien no hay nada de malo en caer derrotados en el juego de campeonato y alzarnos con el sub-campeonato por segundo torneo consecutivo, este, este duele un poco más.
Duele, porque no se trata solamente de caer derrotados frente al mejor del mundo. No porque nuevamente saliéramos sub-campeones y no campeones como quisiéramos. No porque nos haya hecho caer como nación. El dolor que sentimos viene del hecho de sentirnos como el hermano menor al que no se le permite ganar en los video juegos. Si, debe ser eso, somos el hermano menor y sentimos como si nos hubiesen dado el control defectuoso del Playstation, ese que hace que nuestros dedos duelan al final de la partida y para colmo, jugamos un juego en el que no conocemos las reglas.
Digo esto porque la derrota fue ante Estados Unidos y Marcus Stroman. Es por eso que nos duele. A lo largo de todo el Clásico estuvimos a la cabeza, pero la mayor parte de las noticias en las últimas horas del torneo, en la prensa deportiva, eran sobre Estados Unidos. Los periódicos locales hicieron lo que pudieron para maniatar esto, pero la realidad era abrumadora. Comentarios despectivos como el de Ian Kinsler en entrevista con el NY Tmes.


No se hicieron esperar. Stroman lució inmenso en la lomita, pero pequeñito en la seguridad del dug-out, atacando verbalmente al equipo boricua. Entiendo la chispa de Stroman, tenía algo que probar, al fin y al cabo, los fanáticos puertorriqueños (dicen, porque no fui testigo de nada) le faltaron el respeto a su madre. Pero no fue el equipo puertorriqueño quién lo hizo, fueron los fanáticos, y su actuación en la lomita era una “bofetá” suficiente. Y la “cherry on top” fueron los comentarios de Adam Jones.
Adam comentó que la razón, en lo básico, por la que jugaron como jugaron era porque Puerto Rico estaba celebrando antes de haber ganado. Y por eso también nos duele la derrota, teníamos la ilusión, teníamos una idea ya hecha de cómo debían ser las cosas. Nos duele, porque caímos en la soberbia de creernos inmortales en un deporte donde las supersticiones son el pan nuestro de cada día.
Nada, que en 2021 regresa el torneo y solo espero que esto que sentimos, lo recordemos y hagamos crecer el deporte desde las categorías menores, para que cuando llegue el momento, tengamos un roster mucho más profundo y mejores oportunidades al triunfo.



miércoles, 15 de marzo de 2017

A propósito del Clásico Mundial de Béisbol

            


           El Clásico Mundial de Béisbol que inició hace una semana y culmina dentro de unos días, ha demostrado ser uno repleto de sorpresas. Desde equipos que clasificaron sin que nadie se lo esperara hasta gigantes que fueron doblegados. Sin lugar a dudas este torneo ha puesto en vitrina un estilo de béisbol que estamos muy poco acostumbrados a ver. Aun así, la felicidad no es completa, puesto que el torneo también ha sido objeto de múltiples críticas, que van desde las propias reglas del torneo hasta la validez del mismo.
            Las críticas a las reglas eran de esperarse, tratándose primeramente de un torneo que levanta pasiones y segundo de un torneo cuyas reglas no están del todo claras para los espectadores. Las polémicas han sido muchas y la mayoría han sido por jugadas de apreciación o por apreciación de las reglas mismas.
            La primera de estas instancias se dio durante el juego entre Colombia y República Dominicana. Un duelo, a todas luces, entre David y Goliat. Colombia, el David en este caso, le había hecho tremendo juego a la potente novena Dominicana. En la parte baja de la novena, con el juego empatado a 3, hombre en tercera y un out, Colombia logra un elevado que José Bautista atrapa sin muchos percances, entonces el corredor de Colombia se lanza hacia el plato para anotar la carrera que le hubiera dado la victoria, pero es bloqueado por el receptor Wellington Castillo, quién le propina el out para cerrar la entrada.
            La polémica en esa jugada fue el bloqueo de Castillo. Ya que aparenta violar la regla 7.13 del reglamento de MLB, reglamento que se utiliza en el WBC en conjunto con el de la Federación Internacional de Beisbol. Es aquí donde surge la confusión. Pues en el reglamento de la FIB, no existe la regla 7.13, también llamada la “relga Posey” en referencia a que fue creada luego de una colisión en el plato en la que el receptor Buster Posey salió severamente lastimado. Por tanto, por el reglamento de la FIB, Castillo no estaba haciendo nada ilegal, pero según el reglamento de MLB, si. Ya que esta regla dice que el receptor no puede bloquear el paso del corredor en ningún momento, a menos que tenga posesión de la pelota, cosa que Castillo no tenía al momento de inicar la acción de bloquear. Por lo que el árbitro debió declarar al corredor Colombiano quieto, terminando así el juego.
            Esto no sucedió, fuera por interpretación de la regla o fuera por desconocimiento, no se sabe a ciencia cierta. Lo cierto es que la regla no fue aplicada en la situación provocando entradas extras y el eventual triunfo de la República Dominicana en una onceava entrada en la que muchos fanáticos, de ambas novenas y de otras, quedaron con un mal sabor de boca.
            La otra instancia de descontento con las reglas ha sido con la regla de colocar corredor en primera y segunda al inicio de la entrada once. Esto para aligerar el juego y para proteger a los lanzadores de ambos equipos. A los puristas del deporte, e incluso a muchos fanáticos casuales, esta regla les parece absurda ya que quita mucho de lo que hace genial al juego. Y, en la opinión de muchos, incluyendo la mía, lo convierte en un chiste. Pero entiendo el porqué de esta regla y aunque no me agrada, puedo vivir con ella.
            La siguiente controversia surge tan reciente como anoche. Cuando un fanático interfiere, no una, sino dos veces con el partido atrapando una pelota que estaba en juego. Esta polémica le dio a la República Dominicana su única carrera frente a Puerto Rico y le robó a Puerto Rico un posible triple. Expliquemos la interferencia. Cuando la pelota está en el aire, ningún fanático puede extender sus brazos para atraparla, a menos que ya haya rebasado la verja, de lo contrario cualquier jugador puede llegarle y atraparla o mantener la bola viva. Este fanático en ambas ocasiones extendió sus brazos hacia el terreno atrapando con éxito la pelota en ambas ocasiones. En un juego regular de MLB a este fanático lo hubiesen removido del juego, ejemplo el ya infame Bartman con los Cubs en 2003, pero, no fue así.
            La otra instancia de controversia con las reglas surge fuera del terreno de juego. Cuando hay un triple empate en cualquiera de los cuadrangulares donde se están jugando, hay una fórmula para crear el desempate y ver quiénes jugarían por la posición. En el caso particular del que hablo, México, Venezuela e Italia empataron 1-2 en su grupo; que lo ganó Puerto Rico con récord de 3-0. La forma de eliminar a uno de estos tres equipos y ver quienes juegan el juego de desempate fue lo que causó la controversia. Según el reglamento, para el caso de un triple empate en 1-2, se utiliza la fórmula de CARRERAS EN CONTRA dividido entre ENTRADAS JUGADAS. Utilizo las mayúsculas porque esto será importante para no confundirnos. Cabe recalcar que las carreras que anotara Puerto Rico frente a estos equipos no cuentan, solo las carreras que se anotaron entre ellos. En ese caso, haciendo la fórmula matemática, Italia tenía la ventaja en el desempate con un promedio de CARRERAS/ENTRADAS JUGADAS de 0.68, le seguía México con promedio de 1.06 y finalmente Venezuela hubiera quedado eliminada con promedio de 1.11. Dije que había utilizado las mayúsculas porque serían importantes, el juego de desempate lo jugaron Venezuela e Italia, dejando a México eliminado. Todo porque interpretaron mal la regla, pues no contaron la novena entrada de México contra Italia como una entrada completa, por tanto la división de México no fue en 18 entradas, fue entre 17, lo cual le daba un total de 1.12, dando así a Venezuela como el segundo equipo a jugar el desempate. Juego que eventualmente ganaron para pasar a segunda ronda junto con Puerto Rico.
            Controversias con el reglamento aparte, el WBC también ha tenido sus detractores desde sus inicios. Muchos fanáticos y analistas estadounidenses lo ven como una pérdida de tiempo. Primeramente por la posibilidad de lesiones serias a los jugadores de los equipos de MLB que puedan descarrilar a “sus equipos” y segundo porque lo ven como una afrenta a la “integridad” del deporte. Esta es la razón principal por la que escribo esto.
            Mucho se ha hablado recientemente de la “integridad” del deporte, en específico en MLB. Los constantes bat flips y demostraciones de pasión derramadas en el terreno de juego, molestan a muchos fanáticos tradicionales, en especial si estas muestras de flair vienen de jugadores latinos. Dicen que están dañando el juego y que le están dando un mal ejemplo a los niños. Se ha repetido esto tanto que jugadores como Javier Báez son vistos como “indisciplinados” por los mismos puertorriqueños. Pero, esa “indisciplina” es algo que al béisbol le hace falta.
            Escribía Ken Rosenthal en estos días sobre lo que le faltaba al béisbol organizado, en comparación con lo que sucede en el WBC. Hablaba de cómo los jugadores principales de las diversas naciones no titubeaban en formar parte del equipo patrio, y que incluso se peleaban por los espacios, conocido es el caso de José Reyes con Dominicana este año, que con tal de ser parte del equipo estaba dispuesto a ser el que cargaba las toallas o el carga bates. Él decía que dicha pasión por llevar la camiseta de su país no se veía entre las estrellas de los Estados Unidos. Y aunque el equipo de Estados Unidos está repleto de estrellas, es cierto que pudo haber sido uno mucho más intimidante. Faltan las caras indiscutibles del deporte en esa nación, Kris Bryant, Bryce Harper, Mike Trout, Clayton Kershaw entre otros. Jugadores que por X o Y razón decidieron no participar del WBC, muchos entienden que su organización en MLB toma precedencia y eso es entendible, después de todo, son profesionales y tienen un contrato con el que cumplir.
            Aún así abundaba Rosenthal que en MLB, Estados Unidos, tiene muchas estrellas, pero muy pocas Súper-Estrellas. Comparaba la situación del equipo de Béisbol con la del equipo de Baloncesto. Decía que realmente dudaba que un LeBron James fuera un nombre tan grande como lo es a nivel global, si no hubiese sido por haber integrado el equipo de Estados Unidos. Incluso debatía que el baloncesto no hubiese ganado tanta aceptación a nivel internacional de no haber sido por el Dream Team en el 92 y el constante influjo de jugadores de la NBA en el equipo nacional. Comentaba que jugadores como Harper y Trout, que van a comandar casi 400 millones cuando sea momento de renovar contrato o firmar con algún otro equipo, no van a ser jugadores tan grandes como un LeBron, un Curry, un Kobe, un Jordan; porque se limitaron a jugar en su liga, no salieron a demostrar que son los mejores a nivel internacional. Y estoy de acuerdo.
            Todo esto va atado a esos “indisciplinados” que hacen lo que su corazón les dicta. Los grandes jugadores de fútbol desparraman su pasión por el juego en cada gol, los de baloncesto en cada gran jugada o canasto hacen lo propio, incluso en el football americano vemos como hasta bailan salsa luego de cada touchdown. Pero pretenden que el béisbol crezca siendo autómata. Sin pasión, sin desbordarse por su país. Por esta razón aprecio la gesta de Colombia en este clásico, perdieron, a mi entender, de manera injusta, pero lo dejaron todo en el terreno y sé que su gesta ayudará a que el deporte crezca en un país donde el fútbol es rey y señor absoluto. Lo mismo podemos decir de Italia, un país en el que sé que la mayoría ni sabíamos que tienen su propia liga profesional. Y qué decir de Israel.

            Al final, el WBC tiene sus fallas, son muchas, y, a veces, enormes. Pero logra algo que MLB, como organismo, por sí sólo no va a lograr… expande el juego. Por minúscula que sea la expansión, por irrelevante que le parezca a la mayoría de los estadounidenses o aquellos que no siguen el deporte y/o sean puristas, por peligroso que sea el jugar juegos con tanta intensidad tan temprano en el año, el deporte se expande. Eso, mis queridos lectores, eso debe ser lo más importante.

domingo, 29 de enero de 2017

Reto de Lectura: Enero


Hace unas semanas comencé un reto de lectura, un tanto personalizado, en el que escogería libros de diversos géneros a lo largo del año. Lo cierto es que comencé con la idea de leer un poco más, confieso que no leo lo suficiente, para alguien que estudia lo que estudio, y que se me dificulta el arte de la lectura cuando un libro no logra capturar mi atención.

También es cierto que mi género favorito para leer es la poesía, usualmente los libros de poesía no son muy extensos y por tanto termino la lectura en unas cuantas horas. Por esto decidí complicar mi experiencia en este reto y leer más narrativa o escritos en prosa.

Comenté en la primera entrada en este año que el primer libro que leería sería “Brew better beer” de Emma Christensen. El libro es uno instruccional y decidí leerlo porque era de un género que no suelo leer, por lo que cuadraba perfectamente con el reto. Así también cuadraba con una nueva afición que me ha surgido, preparar cerveza en casa.

Portada del libro de Christensen


El libro, es perfecto para quienes quieren comenzar en este pasatiempo. Con un lenguaje simple, para quienes al menos leen en inglés, logra explicar minucias y aclarar dudas de lo que consiste el proceso de crear cerveza en casa. Explica muy bien la utilidad de cada utensilio y los diferentes ingredientes que se necesitan Por lo que lo recomiendo si eres alguien a quién este tipo de inventos le resultan interesantes.

Así las cosas, el libro no ofrece mucho más allá de su premisa. Es por eso que decidí añadirle algo al reto y releí un libro que había leído para un curso. El libro que elegí fue uno que logró marcarme y que me llamó mucho la atención en el momento y al darle una nueva lectura, logré ver el por qué. Del chileno Roberto Bolaño, “Estrella Distante”.

Portada del libro de Bolaño


Esta novela corta, narra parte de la vida de un capitán de la fuerza aérea chilena/poeta, Carlos Wider, a través del lente de un alter-ego del autor mismo. Wider es un personaje ficticio, pero la forma detallada en la que Bolaño hace referencia a este personaje, nos haría creer que pudo muy bien ser real, o al menos, ser el punto convergente de muchos personajes de la historia chilena.

En “Estrella Distante”, Bolaño expone, de manera sutil, diferentes experiencias dentro de la dictadura de Pinochet en su país. Desde las muertes y los desaparecidos, al miedo que sentían todos los que no eran partidarios del régimen, hasta el exilio. Todo mientras ata las experiencias a la vida y búsqueda de este personaje enigmático llamado Carlos Wider.

Recomiendo este libro, que no es extenso para nada, para todos aquellos que quieran leer algo que puedan leer en un viaje o en momentos de ocio; pero que a la vez busquen algo que alimente su curiosidad.

Ya viene febrero y con el nuevo mes, un nuevo capítulo en el reto, la lectura de un libro de algún autor de mi zona. Dado a que soy de Puerto Rico, decidí irme con la autora de Dominica, Phyllis Shand Allfrey y su libro “It falls into place”. Ya les contaré.


Portada del libro de Phyllis Shand Allfrey

sábado, 7 de enero de 2017

Reto de Lectura


Comienza el nuevo año y con él vienen muchas ideas, entre ellas, retomar cosas que se habían quedado en el olvido. En mi caso, una de esas cosas era este espacio. Si bien, nunca me he considerado "blogger", debido a mi inconsistencia a la hora de publicar, sí me gustaba compartir ideas en este espacio, con quién se tropezara con el mismo. El punto es que he decidido retomar ciertas cosas que había dejado en el rincón y volver a hacer algo con esas cosas.

Así, decido reabrir el blog, pero esta vez haciendo algo más cercano a lo que hago a diario. Soy estudiante de maestría en Literatura y gran parte de mis estudios se basan en analizar y/o criticar textos, así que eso mismo haré.

Llevaba unos años discutiendo con una profesora y amiga la idea de hacer un reto literario. Ella lleva tiempo haciéndolos, pero yo no me animaba. No me gusta leer con presión y mucho menos por "retos", pero año nuevo, ¿por qué no? En mi búsqueda de algo que cumpliera con requisitos que yo necesito para hacer un reto literario, encontré uno en Facebook (la imagen del encabezado) y me pareció interesante. Aclaro, haré unas modificaciones a lo largo del proceso, por ejemplo en Octubre, en vez de leer un libro escrito antes de mi año de nacimiento, leeré un libro publicado en el año en que nací, por aquello de darle otro tinte al asunto, pero las modificaciones las notificaré en el mismo blog, a medida que vaya documentando el proceso.

Por lo pronto, puedo decir que voy por la mitad del primer libro del reto, Enero = Un libro de un género que no haya leído. Y aunque es difícil conseguir un género que un estudiante de literatura no haya leído al menos una vez, me percaté que por cosas de la vida lo estaba haciendo con el libro "Brew Better Beer" de Emma Christensen. Es un proyecto personal, el de fabricar mi propia cerveza en casa, y el libro me ha ayudado en el proceso. Todavía no culmino el libro, pero cuando lo haga lo dejaré saber.

Por lo pronto, está el reto abierto y quién lo quiera seguir, es bienvenido a hacerlo.

viernes, 22 de agosto de 2014

Competencia SMWcreative

Bueno, lectores, no sé cuántos sean, pero les quiero pedir un favor. Si pudieran sacar de su tiempo y dar su voto y compartir esta imagen se los voy a agradecer en el alma.


https://www.talenthouse.com/i/452/submission/130093/2477d9a6

Es una foto que subí hace un tiempo a este mismo espacio y la razón principal por la que participo con ella en la competencia de Microsoft, es que la misma fue borrada (se le pintó encima) y representa lo efímero del arte urbano. Pero al compartirla busco que se aprecie el arte que existe en el graffiti y como es una forma de Arte que todos compartimos y podemos apreciar.

Nuevamente, gracias.

martes, 12 de agosto de 2014

Vamos a expresarnos



                Mucho se ha hablado de las expresiones vertidas por el director de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, Antonio Molina, y las expresiones vertidas por los exponentes del género urbano, reggaetón, acerca de la música que cada quien practica. Se ha creado un debate acalorado entre quienes defienden cada uno de los géneros, un dime y direte de proporciones boricuas (normalmente épicas) por las redes sociales. Entiendo que dije que solo dejaría que un video hablara por mí, pero, como estudiante de maestría y defensor del arte en cualquiera de sus formas (actualmente trabajo con el arte urbano), no puedo dejar que este debate se siga acalorando sin tomar parte en el asunto.
            Debo comenzar por decir que no avalo las expresiones de Ramón Ayala, mejor conocido como Daddy Yankee, pues sus expresiones son vacías y poco fundadas. Pero tampoco avalo las expresiones del mentado director de la Orquesta (que parece olvidar que la orquesta que dirige en el 2008 tocó en un concierto junto a Don Omar, otro de los pilares del género que hoy critica y si no me creen darle click a un botón es suficiente: https://www.youtube.com/watch?v=UO1oAxdn6JU)
            Ahora que queda ese punto aclarado, comencemos por exponer varios puntos:
1.      Las letras del reggaetón son misóginas, machistas, sexuales, explícitas y violentas
2.      El baile del reggaetón es sexual, misógino, machista y denigrante
3.      El reggaetón ES MUSICA
4.      La música clásica ES ELITISTA y EXCLUYENTE (a juzgar por las expresiones que he leído)
5.      La música clásica ES BELLA
6.      La música clásica, FUE EL REGGAETON DE SU EPOCA (con esto quiero decir que las mismas críticas que hoy le hacen a los exponentes del reggaetón y otros tipos de música urbana, es la misma que recibieron Mozart, Bach y Beethoven, entre otros. Pues estos representaban una “Contra-Cultura” cuando el Canon musical del momento iba en otra dirección)
Aclarados esos puntos, comencemos mi “exposición”. El reggaetón es un género musical que ha sido criticado desde sus inicios. Era un género underground que los jóvenes escuchaban casi siempre a escondidas de sus padres, pues el mismo era un género, como he descrito más arriba, violento, misógino, machista y degradante (para la mujer). Pero si nos detenemos por solo un segundo nos daremos cuenta que la SALSA también tiene estas cualidades (y yo no veo a nadie diciendo que las letras de la salsa son veneno y cáncer para la sociedad). De hecho, el baile de la salsa es uno muy sensual y a juzgar por las letras de Frankie Ruiz, también bastante sexual (“Bailando…. Hicimos el amor”). También tendía a ser bastante machista, misógino y violento. Aunque, como sucede con el reggaetón, no se daba en todas las canciones.
Entonces, ¿por qué arremeter solo contra el reggaetón? ¿Por la fama que ha alcanzado el género? O quizás hay una razón más intrínseca y poderosa… ¿prejuicios? Digo esto pues muchos de los exponentes del género antes mencionado, no tienen, evidentemente, el nivel educativo que tenemos muchos otros. Muchos vienen de familias con un nivel económico inferior a muchos de nosotros. Y debido a esto, muy probablemente, no tuvieron el acceso que personas como yo, tuvieron a la música clásica y a una educación musical (básica, pero la tuve). Muchos vienen de familias hechas trizas y encontraron que podían rimar y “cantar” para vivir y salir de las calles. Cosa que le aplaudo, pues decidieron ser exponentes de un género musical creciente, antes de ser gatilleros que podían estar en la calle matando gente en la Baldorioty.
Y si, considero que el reggaetón es música. Bueno, si consideramos que el “Dubstep” es música… el reggaetón TIENE que ser música. Aparte, en el video que antes mencioné, se demuestra que en efecto, el reggaetón PUEDE tocarse con una orquesta sinfónica, por lo que no veo un “issue” en si es música o no. Que sus letras son fuertes, si, pero también eran fuertes las letras de la salsa cuando tocaban temas de índole social u otras cosas. Si, en la salsa lo mezclaban con humor y cadencia, pero estaban ahí. En cuanto a si las letras son o no poéticas, ya he respondido eso en otros escritos y la respuesta es simple… SI, si es poesía. Y antes de que lo olvide, Calle 13 comenzó en el reggaetón y luego siguió el curso natural de su música.
Ahora, lo que hoy llamamos “música clásica” experimentó la misma crítica en su momento. Muchos pensaban que era muy ruidosa. Por lo que realmente no entiendo como estudiosos de la música, pasan este detalle por alto y en su elitismo marcado, critican un género naciente, que por las circunstancias de la vida, es más accesible que otros tipos de música, para el puertorriqueño de a pie. Con textos como los que he leído y expresiones como las que he escuchado, realmente lo que hacemos es crear una línea divisoria marcada y un estancamiento cultural. Si, porque la línea a seguir es la fusión de géneros, algo que Don Omar y la Sinfónica experimentaron en 2008 con gran éxito.
En fin, si seguimos creando divisiones en un país que ya tiene divisiones marcadas en diversas áreas, nos quedaremos con un país total y completamente estancado. Sin opción de movilidad, en el que hay cosas para los ricos y hay cosas para los pobres, pero nunca deben mezclarse. El verdadero cáncer (o veneno) es creer que tenemos TODA la verdad y no atrevernos a ver lo bueno que hay en las diversas cosas.
*Aclaro que entiendo que poca gente ha de leer esto, en comparación con la “Carta abierta a Daddy Yankee", pero bueno…

sábado, 22 de marzo de 2014

3 am



“Hostia, otra vez despierto a esta hora”, no le bastaba a la noche con hacerme la vida de cuadros para poder alcanzar los brazos de Morfeo. No, también debía hacerme despertar de golpe en medio del sueño. La almohada ya húmeda por la saliva que brotaba como alcantarilla destapada en alguna urbanización de San Juan, las sábanas pareciendo una extensión de la piel, que por el calor sofocante de la ciudad había decidido dejar tal y como el supremo creador la había designado, y la impropia lucecita roja parpadeante del despertador me hacían compañía en este instante maldito donde la mente corre y las ideas se esparcen por el aire. Despegué el rostro de la almohada para estudiar mi alrededor, por alguna razón sentía algo extraño en el aire, un olor distinto, no tan sutil como el de la lluvia que escuchaba chocando contra la ventana, tampoco tan fuerte como el del sudor que emanaba de mis poros. “¿Qué es ese olor? ¿Acaso es su perfume?” Cada vez se hacía más fuerte, penetrando por mis fosas nasales como tropas invasoras en el momento cumbre de la guerra.

Exploré la habitación y estaba tal y como la había dejado antes de cerrar los ojos y decidir luchar contra la noche y encontrar el sueño. Tomé la toalla y de puntas caminé hacia la sala. El olor se hacía cada vez más fuerte a medida que me acercaba a ese espacio común donde recibía las pocas visitas y donde tantas noches buenas tenían su inicio. Al acercarme pude percatarme de que mi primera intuición era la correcta, el 212 que Ella solía utilizar. “¿Cómo es posible? Ella no me visita desde aquella noche” ¿Sería posible, sería que Ella decidió darse la vuelta y no recordaba el suceso? Me parecía tan surreal que Dalí hubiese hecho una pintura genial basándose en mis pensamientos. No sería del todo descabellado, asumiendo que la noche fue de total locura por la punzada en la cabeza que hacía su aparición, fácilmente pude haberme encontrado con Ella y terminar aquí sin tener recuerdo alguno.

Seguí mi camino hacia la sala, con la feliz esperanza de encontrarme con Ella plácidamente dormida en el sofá. Seguía la tenue luz roja parpadeante a la distancia, su celular tal vez, era como mi estrella del norte, la guía hasta sus labios, labios en los que quería pasar noches enteras. Esos labios de los que ya no me quedaba más que el recuerdo de cómo los movía con sutileza tal que todo lo que de ellos emanaba era tan culto que mis oídos debían adaptarse a las rimbombantes palabras que soltaban. Continué caminando, de puntitas y despacio, no deseaba dar un mal paso y despertarla. Deseaba ver su hermoso cuerpo desnudo en total sobriedad una vez más, ese cuerpo que era el causante de varias desveladas húmedas y de mis deseos más viscerales. Movía un pie y luego el otro, marcando el rumbo que me señalaba la lucecita roja parpadeante.

Ya estaba suficientemente cerca como para sentir el olor del 212 dándome golpes en el rostro, me incliné para verla de frente para ver su rostro, realmente para verla desnuda nuevamente. Su cabello le cubría y la sábana que, al parecer, había colocado sobre Ella le protegía del frío. Me arrodillo para seguir sintiendo su olor antes de acercarme más a su piel, solo cubierta por esa fina sábana que había escogido en mi desmemoria. La lucecita seguía su parpadeo y un golpe húmedo hizo que saltara.


Eran las 3 de la mañana…. “¿Otra vez a esta hora?”